miércoles, 8 de febrero de 2017

HISTORIA DEL PANTALÓN VAQUERO


El “Denim” es un tejido empleado en la confección de ropa de trabajo. Aunque no hay unanimidad sobre el origen, diversos estudios señalan que surgió en Europa, en la Edad Media. La historia de los jeans se remonta al siglo XIX en el año 1853, época de la fiebre del oro en las minas de la zona oeste de los EE.UU. Su creación es producto del ingenio de un vendedor de origen bávaro que descubrió que las ventas del material eran muy escasas así que analizo el mercado que tenía y decidió que lo que realmente necesitaban aquellos hombres eran pantalones lo suficientemente fuertes como para aguantar los rigores de aquel trabajo extremo. Y es así que nacen los primeros jeans.


 El nombre, Jean, viene de la palabra Génova, y es que de allí era traída la tela, una dura y resistente loneta de color marrón con la que se confeccionaron los primeros pantalones. Comerciantes genoveses teñían estas telas con un pigmento azul, menos caro y más abundante: el índigo extraído de una leguminosa (Indigofera tinctoria) procedente de Java y de la India, que finalmente fue patentado en 1873 por Strauss con su nombre. En inglés, la «tela de Genoa» (Génova en inglés, que se pronuncia [yenóa]) pasó a llamarse jean (que se pronuncia [yin]). Para conocer el origen de los jeans, debemos remontarnos primero a la Edad Media. En el siglo XVII, en la ciudad de Nîmes, Francia, se desarrolla un tejido especial de algodón, que por su entretejido, resultó ser muy resistente. El tejido de Nîmes comenzó a ser requerido por mercaderes de diversas ciudades de Europa, y popularmente nace el nombre de esta tela, tejido de Nîmes, denim. Esta tela de lona comenzó a hacerse popular debido a su resistencia y durabilidad, ya que en sus comienzos era empleada para la realización de velas para barcos, tiendas de campaña, toldos y lonas.






Los primeros modelos que se crearon para vestir fueron unos pantalones sencillos, amplios, con tirantes y color café, que inspiraron a Lévi Strauss y a Jacob Davis para que registraran como marca los primeros “blue jeans” que, desde entonces y fabricados ya no con tela de carpa sino con tejidos de algodón resistentes al uso y el abuso, entraron a formar parte de las costumbres de los norteamericanos.


En 1853, en plena fiebre de oro, un comerciante alemán, Levi Strauss, decidió instalarse en San Francisco (California), con el fin de abrir un local para vender tiendas de campaña a los mineros. Allí descubrió que los ‘buscadores de oro' preferían dormir a la intemperie y, sin embargo, tenían que resolver un problema con sus pantalones: la rudeza del trabajo, más el peso de lo que cargaban en sus bolsillos, hacían que se rompieran constantemente. Strauss aprovechó el denim marrón de las carpas y diseñó un modelo de ‘overol a la cintura', hermano mayor del mítico ‘blue jean'. Pensó en utilizar las lonas que se utilizaban en la fabricación de tiendas de campaña para hacer ropa de trabajo a los trabajadores manuales pesados, mineros o agricultores, que resistiera la vida a la intemperie y el peso en los bolsillos del mineral encontrado. Estos pantalones fueron rematados con refuerzos de cobre, y eran todos del mismo color marrón que se usaba en las tiendas de campaña, y sin bolsillos traseros. Luego Levi Strauss importa, desde Francia, aquella tela fabricada desde el siglo XVII, el tejido de denim. Y los pantalones comienzan a ser confeccionados con esta tela. El tejido de denim era traído por marineros genoveses que teñían la tela con un azul índigo, de la India. La tela comenzó a llamarse “el azul de los genoveses”, derivando luego en blue jeans. Nombre popular con el que se bautizó a los pantalones de Levi Strauss. Los nuevos pantalones, ya de su característico color azul, con tiradores y tres bolsillos (a los costados y uno detrás), resultan un éxito y comienzan a ser requeridos por mineros y también por granjeros, obreros ferroviarios y vaqueros, que encuentran en ellos un ahorro económico importante, al poder contar con una prenda más duradera, y a la vez practica y cómoda, por sólo $1,50 (un dólar con cincuenta)


Al sastre que confeccionaba los pantalones para Strauss, Jacob Davis, se le ocurre la idea de reforzar las costuras y los bolsillos con remaches de metal, para hacerlos más duraderos aún, y así evitar el gasto en remiendos y parches, y solucionar el problema de costura que implicaba más tiempo en su fabricación. El 20 de mayo de 1873 ambos tramitan la patente de los nuevos pantalones de tela de denim, con bolsillos reforzados con remaches de metal y tiradores, bajo el número de inscripción 139.121 en el Registro de Patentes de Estados Unidos, y nacen oficialmente los pantalones “blue jeans”.

En 1880 el químico Adolf von Baeyer obtuvo un colorante azul a partir del ácido antranílico, y se abandonaron los pigmentos de origen biológico.

Los pantalones jeans fueron usados durante la última parte del siglo XIX por mineros, granjeros, vaqueros y obreros, pero su popularización llega recién a mediados del siglo XX con la explosión del rock y se convirtió en un símbolo de juventud y rebeldía, siendo hoy una prenda más en todo vestuario e incluso usada en la moda de alto nivel.

En los Estados Unidos en la década de los 50, los jóvenes y adolescentes empezaron a ponerse vaqueros como forma sutil de protesta contra el conformismo y como signo de rebeldía y descontento con la sociedad de sus mayores. El hecho se consideró una provocación; por ejemplo en algunos cines no se permitía entrar al que llevase vaqueros.

Cuando algunas estrellas de Hollywood se mostraron públicamente vistiendo también esos pantalones de los obreros y mineros (de las clases bajas), como por ejemplo Marilyn Monroe y Marlon Brando, comenzó la aceptación social de los jeans. Y la consagración final del invento de Levi Strauss como indumentaria obligatoria en todo armario, se dio en los años ’50, con el nacimiento del rock and roll. Tanto a Elvis Presley como al actor James Dean, también son grandes íconos de esa época que nunca les hacia falta esta prenda.

Para los años sesenta y setenta la prenda se convierte en un arma más del proceso de igualdad. Lo usan los negros, los pobres, los ricos, los hippies, hombres y mujeres por igual. La moda unisex llegó y los chicos se dejaron crecer el cabello y las chicas perdían las formas con una extremada delgadez además de cubrir sus cuerpos con anchas franelas y sudaderas. En la década de los 60, los vaqueros ganaron aceptación y para la década de los 70 se habían convertido en un artículo corriente en los EE.UU., al menos para vestir informalmente. 

El movimiento hippie terminaría por consagrar a estos pantalones y hacerlos popular y mundialmente famosos, siendo aceptados socialmente por completo desde la década del 70.

A finales de esta década e inicios de los 80, sobre todo por la necesidad de comodidad y de facilitar el movimiento en el baile y el deporte, las botamangas se ajustan y se ciñen las piernas. También para los más contestatarios, punks y rockeros, las botamangas se ajustan, y la música New Wave impone estéticas más vanguardistas. Aparecen los baggies, amplios en la cadera.

Fue en la década de los 80 cuando entraron por la puerta grande de la moda y se empezó a ver cambios en diseños y texturas. Las grandes fábricas introdujeron técnicas de lavado con químicos, y empezaron a fabricarlos con aplicaciones doradas, para acomodarlos a las nuevas tendencias. La última gran revolución se dio en la década del 80 con la aparición del break dance y el hip hop. 

En los años 90 se masifican gracias a fenómenos deportivos como los patines y las patinetas, y aumentan las dimensiones de la prenda, se agigantan las proporciones. 

Para finales de la década de los ochenta fueron cayendo uno a uno los muros que separaban a los tejanos de los talleres de los mejores diseñadores del mundo. Las grandes casas de moda dedican ahora tiempo y espacio al Jean. Entran en competencia en el mercado Versace, Armani y más aunque su target es otro que el de los grandes fabricantes que se sitúan en este orden: Levi's, Lee, Wrangler y Lois.

Hoy los jeans son usados tanto como prenda cotidiana y casual, como en elegantes vestuarios de alta moda, y Levi Strauss es tan sólo una de las compañías que los fabrican, junto a Wrangler y Lee, las más importantes del sector, pero también las casas de alta costura cuentan con sus divisiones de jeans y también existen pequeñas fábricas a nivel local en distintos países.
En cuanto a la marca Lee, Jack Spence creo para esta empresa los Jean Prelavados, que hasta hoy en día se pueden seguir viendo en las calles

A lo largo de sus más de 100 años de historia, han existido diversos modelos y diseños, con variación de colores, de cintura más baja o más alta (tiro bajo o corto, y tiro alto), con el corte de las piernas rectas, ajustadas o abiertas, acampanadas (pata de elefante), con accesorios de moda, con y sin bolsillo, y un muy largo etcétera, dado que se ha convertido en quizás la única prenda que todas las personas de todo el mundo han vestido al menos una vez en su vida. Otras tendencias han afectado al grado de decoloración del pantalón e incluso a su integridad: los pantalones rotos han estado de moda.

De la mano de las constantes innovaciones tecnológicas, la industria ‘jeanera' creció y sigue multiplicándose a pasos agigantados. “En plena cultura de la imagen, cada persona resulta el reflejo de sus pares. Es entonces cuando vaciadas de identidad, depositan en este pantalón la enorme responsabilidad de otorgarles autenticidad. Tan fuerte es la identidad del jean, que es capaz de desprenderse del concepto de subgrupo del pantalón, para conformar su propia categoría al liderar una nueva familia de prendas”, agrega Saulquin en su libro. Con el tiempo, el vaquero dejó de ser exclusivo ‘de los trabajadores' para convertirse en prenda fundamental del maravilloso mundo de la moda. Aunque recién en 1970, diseñadores como Yves Saint Laurent, Pierre Cardin o Kenzo, se animaron a incorporar tímidamente el denim en sus colecciones. Nada comparado al fenómeno que se vio en las pasarelas durante los últimos 
años.

Su aceptación ha seguido creciendo hasta el punto en que ahora forma parte del fondo de armario, y en promedio cada estadounidense posee 7 pares.

El Jean ha sobrevivido a los cambios de clima, de contexto social, de creencias culturales, y se ha convertido en uno de los pocos testigos de la historia que existen hoy en día.


FABRICACIÓN

en primer lugar tenemos que comentar que los vaqueros de hoy en día están hechos de denim, que es una tela de algodón y color blanco, que es luego teñida de azul. Por tanto, el primer paso en la elaboración de los jeans es la obtención de este material, para lo que hay que hacer una separación de las fibras de algodón con el objetivo de que éstas se estiren y se abran.





El segundo paso consiste en la realización del proceso de hilatura(elaboración de la tela vaquera), en el que se superpondrán las fibras de denim, limpiándolas, separándolas y colocándolas todas en el mismo sentido. Después, algunos de estos hilos son teñidos con el colorante índigo, que es un colorante indio de origen natural y que aporta a algunos de los hilos de la tela color azul.

En tercer lugar, se meten los hilos de denim en el telar, entrelazando los hilos de color blanco y azul perpendicularmente, para tejer lo que será la tela del vaquero. La tela sacada directamente del telar no es utilizada para la fabricación de los jeans, ya que tiene una textura dura, por lo que será sometida a diversos procesos para darle la confortabilidad y suavidad que finalmente tiene.

Una vez que la tela ya está lista para ser utilizada, tras el control de que todas las necesidades de composición y las características de la misma son correctas, el fabricante de pantalones vaqueros debe realizar varios patrones tomando como base determinadas medidas para hacer las diferentes tallas.


Dibujarán cada patrón, que será posteriormente colocado sobre la tela (habitualmente se apilan varias telas para realizar el corte de una forma más eficaz, agarrándolas bien para que no se muevan) y se procede a cortarlas con la maquinaria adecuada, guiándose por el patrón. Todas las telas cortadas se apilarán según su tamaño, marcándolas para que no haya ninguna equivocación.

El cuarto paso consiste en coser las telas con una máquina para confeccionar los jeans, uniendo las dos partes de cada una de las piernas, juntando ambas y añadiéndoles la parte delantera, trasera y la cintura. Se le incorporarán los bolsillos delanteros y traseros, las bandas para sujetar el cinturón, así como los remaches (en un vaquero simple, seis), los botones, la cremallera y las etiquetas, que suelen ser cuatro y por lo general, de cuero de imitación.

Luego, se procederá a lavar todos los pantalones vaqueros en unas lavadoras de carácter industrial y se inspeccionarán en busca de taras, cortando los hilos sobrantes.




Por último, se les asignará el tallaje y las etiquetas que correspondan y se envasará cada vaquero en una bolsa de plástico con las indicaciones pertinentes. Se meterán en bolsas o cajas, dependiendo del país al que vayan destinados, ya que algunos países tienen reglamentos de embalaje más estrictos que otros. Y de este modo, ya están listos para ser enviados a los numerosos países hoy en día consumidores de pantalones vaqueros.


TIPO DE VAQUEROS
Super skinny. La altura de la cinturilla es normal (ni en una posición muy alta ni muy baja). Son muy apretados y de un tejido elástico.


Girlfriend. Con el tiro de la cintura alta, los grislfriend se presentan muy desgastados y rotos para aportar un toque destroyer al outfit final. Las perneras están sueltas y el color del vaquero se presenta muy desgastado.



Push up. Con una cinturilla regular, son apretados al cuerpo y elásticos. La importancia se presenta en la zona del pompis (¿cómo llamarlo finamente?) ya que presentan pliegues y cosidos que crean automáticamente un efecto push up.

Relax. De cinturilla baja, la pernera es recta y deja al descubierto el tobillo.

Flare. Con inspiración de los 70, este tipo de pantalón también se conoce como de campana.



Super High Waist. Son aquellos vaqueros con el tiro de la cintura muy alto, se ciñen mucho a nuestras piernas y, además, son muy elásticos.

Loose. De cintura normal (por las caderas más o menos) se presentan con las perneras un poco sueltas, con dobladillo vuelto y con un aspecto final vintage y desgastado. Como si los años hubiesen pasado sin perder estilo.

Jegging. El jegging son todos aquellos modelos que se presentan con la cinturilla en goma elástica, son muy apretados y de un tejido muy elástico. Comodidad al poder.


High waist. De tiro alto, son apretados con un tejido elástico y se presentan con cinco bolsillos.


Boyfriend. He aquí un estilo que con los años ha ido ganando mucho protagonismo: los boyfriend jeans. Éstos son bajos de cintura al igual que su entrepierna, son anchos y sueltos, y suelen terminar con el dobladillo hecho. Además, la mayoría de ellos se presentan con efecto desgastado y rotos.

Skinny. Llamados skinny (aunque también los podemos conocer como pitillo), este modelo forma parte del perfecto fondo de armario. Se presentan en un tejido elástico (aunque no mucho) y suelen ser de cintura normal (ni muy altos ni muy bajos).